En su primer encuentro cara a cara, en el marco de la reunión del G20, los presidentes de Estados Unidos y Rusia tocaron un tema sensible, pero inevitable: la ciberseguridad. Era un tema inevitable luego de la supuesta injerencia rusa en las elecciones que proclamaron a Trump como presidente, que desde las fuerzas de seguridad estadounidenses dan como comprobadas.
La reunión se extendió por más de dos horas y, si bien se trataron otros temas vinculados a la política internacional, como el conflicto entre Rusia y Ucrania, y la guerra de Siria, el tema bilateral por excelencia en la agenda de hoy es el accionar de hackers rusos durante el último acto eleccionario en Estados Unidos.
Rusia niega las acusaciones, y Putin hasta ahora solo se había animado a decir que si algunos ciudadanos rusos tienen la capacidad de inmiscuirse en sistemas de otros países, para el gobierno es muy difícil controlarlos. Trump, con una ambigua posición, primero negó los ataques y tiempo más tarde no tuvo más opción que aceptarlos.
Rex Tillerson, secretario de Estado estadounidense, aseguró que Trump presionó a Putin exigiendo respuestas ante las acusaciones por el ciberespionaje. Putin, por su parte, devolvió la gentileza exigiendo pruebas que confirmen las denuncias. La tensión entre ambos países por esta cuestión se mantiene viva. Aunque este acercamiento mostró a ambos mandatarios con buen vínculo, la relación entre ellos no estaría pasando por su mejor momento.
Con información de: CNN / El País.