Mientras la nación de Medio Oriente aplica estrictas leyes contra el cibercrimen, los ciudadanos enfrentan medidas enérgicas contra la libertad de expresión, con casi tres docenas de periodistas y abogados atacados con el software espía del Grupo NSO.
Periodistas, abogados y activistas de derechos humanos en la nación de Jordania en Medio Oriente enfrentan una mayor vigilancia por parte de la controvertida aplicación de software espía Pegasus, con casi tres docenas de civiles atacados en los últimos cuatro años.
Según un análisis publicado por el grupo de derechos digitales Access Now, en total 16 periodistas y personal de los medios, ocho abogados de derechos humanos y otros 11 miembros de grupos de derechos humanos y organizaciones no gubernamentales (ONG) fueron atacados por atacantes patrocinados por el Estado. (el informe insinuaba que era el propio gobierno jordano) utilizando el rootkit y la herramienta de vigilancia Pegasus, según encontró la investigación.
Si bien la investigación comenzó en 2021, los ataques reales comenzaron en 2019, con 30 víctimas descubiertas por Access Now y Citizen Lab, parte de la Escuela Munk de Asuntos Globales y Políticas Públicas de la Universidad de Toronto, mientras que otras cinco víctimas fueron descubiertas por Human Rights Watch, Amnistía Internacional y el Organised Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP).
El uso de herramientas de vigilancia para realizar escuchas telefónicas y rastrear las actividades de periodistas y abogados socava la sociedad libre, advirtió Access Now.
Las revelaciones de vigilancia se producen mientras el gobierno de Jordania está tomando medidas enérgicas contra el delito cibernético, modificando sus estatutos con una nueva ley en 2023 que, según los críticos, es demasiado vaga y propicia para el abuso. Según los informes, artículos específicos prohíben el discurso que promueve o instiga la “inmoralidad”, demuestra un “desprecio por la religión” o “socava la unidad nacional”.
La ley generó críticas de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y de organizaciones no gubernamentales de la región.
Estos individuos son los últimos en ser atacados por los gobiernos con el software de vigilancia del Grupo NSO. En septiembre, por ejemplo, se detectó el software espía Pegasus en el teléfono de un periodista ruso exiliado, aparentemente instalado con un exploit de cero clic (uno que no requiere ninguna acción por parte del usuario). En diciembre de 2022, un grupo de casi dos docenas de periodistas en El Salvador demandó al Grupo NSO por su participación en la vigilancia de los reporteros.
Los gobiernos están utilizando el software para atacar a críticos y activistas sin el debido proceso, afirma Ilia Kolochenko, fundadora de ImmuniWeb, un proveedor de servicios de pruebas de penetración.