La CPI afirmó que detectó «una actividad anómala» en sus sistemas informáticos y aseguró haber sufrido un «incidente de ciberseguridad». Si bien no informó el origen de este posible ciberataque ni de sus posibles consecuencias, sí aseguró que ya tomó medidas al respecto.
La Corte Penal Internacional es un tribunal de justicia internacional permanente cuya misión es juzgar a las personas acusadas de cometer crímenes de genocidio, guerra, agresión y lesa humanidad. Fue creado en 1998, en Roma, y tiene sede en La Haya, Países Bajos.
Según el portavoz de la CPI, los empleados del tribunal detectaron a finales de la semana pasada «una actividad anómala que afectaba a sus sistemas de información». Asimismo, el portavoz confirmó que, con ayuda de Países Bajos, «se adoptaron medidas inmediatas» para «mitigar su impacto».
La CPI es la responsable de la orden de detención internacional emitida contra Vladimir Putin, por considerarlo responsable de la comisión de crímenes de lesa humanidad en la invasión de Rusia a Ucrania. Hace algunos meses, el organismo había sido víctima de un intento de infiltración. Los servicios de inteligencia de los países bajos detectaron a un ciudadano ruso que trató de trabajar en la corte fingiendo ser un practicante brasileño. «Si el oficial de inteligencia hubiera logrado acceder como becario a la CPI, habría podido recopilar inteligencia y buscar (o reclutar) fuentes, y disponer el acceso a los sistemas digitales de la CPI», advirtieron los servicios de inteligencia neerlandeses.