Con la llegada de la pandemia y los confinamientos en Colombia, las personas incrementaron el uso de herramientas digitales para adquirir diferentes bienes y servicios, los cuales estaban acostumbrados a comprar de manera presencial.
Según la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE), en el primer trimestre de 2021 las ventas en línea fueron equivalentes a $8.56 billones, una proporción que se incrementó un 44,3 % respecto a igual periodo de 2020.
Si bien, el mes de noviembre da paso a fechas importantes como el día sin IVA, Black Friday, Cyber Monday y temporada navideña, muchos compradores esperan ansiosos aprovechar los descuentos en línea que ofrece el mercado virtual. Sin embargo, mientras nuestros ojos están un cien por ciento enfocados en encontrar la mejor oferta disponible, no debemos olvidar que este tipo de eventos se puede convertir en la oportunidad perfecta para los cibercriminales. Pues, mientras algunos dirigen sus esfuerzos en robar identidades, hay otros que ven esto como la mejor ocasión para lanzar diversos ataques de malware.
Ocultándose a plena vista
Cuando nos referimos a cibercrimen, los delincuentes siempre se dirigen a donde pueden encontrar la mayor cantidad de usuarios y dinero. Así que los eventos de compras virtuales son los que permiten un despliegue en la variedad de tácticas con el objetivo de robar información personal y financiera, siendo uno de los más comunes, el phishing.
Al esconderse en medio del ciberespacio, los criminales tienen la oportunidad de enviar correos electrónicos promocionales que -a simple vista parecen reales- ofreciendo las mejores ofertas y descuentos. Sin embargo, al hacer click en los enlaces de estos correos se puede descargar silenciosamente un malware diseñado para robar información personal y financiera, o pueden llevar al usuario a sitios maliciosos que persiguen el mismo objetivo: recolectar información que les permita cometer fraudes de identidad.
De igual manera, los ciberdelincuentes utilizan aplicaciones móviles falsas -pero que lucen como las originales- con el fin de esconder un malware. En este punto, es importante tener en cuenta que no todo está diseñado con el fin de robar información. En ocasiones, los criminales podrían querer tomar control de computadores y/o smartphones de forma remota o infectarlos con algún ransomware con el fin de conseguir un pago que permita desbloquear los dispositivos.
Otro de los peligros del e-commerce, son las conexiones públicas de Wi-Fi, pues esto les permite a los delincuentes rastrear compras y acceder a la información de la tarjeta de crédito involucrada en la transacción.
Es importante recordar, que aunque las compras se realicen en sitios legítimos y verificados, siempre puede existir la posibilidad de que una pandilla criminal realice un hackeo en estas páginas, accediendo así a las credenciales de ingreso de los usuarios. Por eso es fundamental no grabar contraseñas, datos personales o información de pago.
Los vendedores por Internet, tampoco se salvan
Es claro que el e-commerce es una gran ventaja comercial para emprendedores, minoristas y grandes comercios, puesto que sus ganancias no están restringidas a las compras presenciales. Pero también, deben contemplar algunos riesgos a los cuales pueden estar expuestos si los delincuentes atacan sus plataformas de ventas:
- Adquisición de cuenta: El engaño se produce al obtener los datos de un cliente y tomar el control de su cuenta, cambiando la dirección postal o el número de teléfono para poder realizar el fraude online.
- Robo de identidad: Esta operación se da por el robo de datos personales, contraseñas, nombres de usuario o números de tarjetas de crédito de los posibles clientes.
- Fraude amistoso: En el momento que el vendedor ingresa al sistema una compra y pese a que todo puede parecer normal, dicha transacción se devuelve. Dando como resultado, que el cliente estafador ha declarado la compra como fraudulenta en su banco, para quedarse con el producto a costo cero.
- Reenvío: Un atacante puede comprar en un comercio online con una tarjeta robada y utiliza a un cómplice para recibir el envío y evitar ser descubierto.
- Triangulación nociva: El usuario realiza una compra de un producto a través de una tienda online pirata (el cliente desconoce que es un establecimiento ilegal) la cual no dispone del artículo, pero el atacante lo carga a un comercio electrónico legal mediante una tarjeta robada.
- Phishing: El ciberdelincuente engaña al usuario mediante un correo spam, invitándole, por ejemplo, a realizar una operación bancaria a través de una página que aparentemente es de confianza.
Si bien actualmente existen grandes facilidades de compra y descuentos, se debe ser muy precavido con nuestra actividad comercial online, puesto que cualquiera podría convertirse en la próxima víctima de un ciberdelito. Para sacar provecho a estas fechas de ofertas online, los usuarios deberían proteger sus datos personales realizando sus compras en sitios web verificados y en plataformas de pago seguras. Así como también por parte de los vendedores online, se debería garantizar que las plataformas de ventas y aplicaciones cuenten con los protocolos de seguridad necesarios para no caer en las manos de los cibercriminales.