El viernes último, los servicios ferroviarios de Irán, sufrieron retrasos y cancelaciones, mientras las taquillas se esforzaban por hacer frente al ataque, de acuerdo a lo informado por Reuters.
Sin embargo, los malhechores no sólo causaron graves problemas operativos, sino que quienes estaban detrás de la situación también trollearon al líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, que lleva en el cargo desde 1989.
IRIB informó de que los tableros electrónicos utilizados para mostrar la información de llegada y salida a los pasajeros en las estaciones de tren estaban comprometidos. Los tableros pedían a los viajeros que llamaran a un número para acceder a un servicio de asistencia para obtener más información. Sin embargo, el número pertenecía en realidad a la oficina del dirigente.
Funcionarios iraníes del Ministerio de Carreteras y Desarrollo Urbano confirmaron, el sábado, el ataque.
“Tras una interrupción en los sistemas informáticos del personal en la sede del Ministerio de Carreteras y Desarrollo Urbano, el asunto está siendo investigado por expertos técnicos del ministerio”, dijo la organización.
Con información de: Monitor de Oriente.