Un estudio dirigido por la investigadora principal, Amanda Giordano, profesora asociada de la Facultad de Educación Mary Frances Early de la UGA, descubrió que los adolescentes con mayores puntuaciones de adicción a las redes sociales, que pasaban más horas en línea, eran más propensos a participar en el ciberacoso.
Los ciberacosadores, que llevan a cabo conductas como ataques personales, acoso o conductas discriminatorias, difusión de información difamatoria, tergiversación en línea, difusión de información privada, exclusión social y ciberacoso, también son más propensos a identificarse como hombres.
Giordano afirma que el anonimato y la ausencia de consecuencias, hacen que el ciberacoso sea una tentación.
Los 428 jóvenes de entre 13 y 19 años que participaron en el estudio declararon pasar una media de más de siete horas al día en Internet. La media de tiempo máximo en línea en un solo día superaba las 12 horas.
Giordano afirmó que los adolescentes adictos a las redes sociales se pasan toda la noche navegando por ellas, incluso si al hacerlo se agotan, sacan malas notas en la escuela o discuten con sus padres.
Según ella, los adolescentes se vuelven adictos al golpe de dopamina que proporcionan las redes sociales, diseñadas para funcionar como concursos de popularidad que se desarrollan en público.