
Por Francisco Rodríguez*
El contexto actual, provocado por la pandemia, ha dejado claro la necesidad de las organizaciones y sus empleados de adaptarse. Las empresas han tenido que adecuarse en tiempo record para hacer del teletrabajo una realidad y permitir que muchos de sus trabajadores trabajen desde casa por primera vez. En muchos casos, este paso ha sido, desgraciadamente, poco planificado y sin tiempo para aplicar todas las políticas de seguridad deseables.
Lo que deja abierta la puerta a futuros problemas de ciberseguridad. Es más, durante este periodo hemos podido ver en los medios de comunicación varias noticias relacionadas con este hecho y las nefastas consecuencias que conlleva implantar el teletrabajo sin tener en cuenta la ciberseguridad: intrusiones, fugas de información, entre otros.
Así, se torna esencial destacar la importancia de la concientización de los empleados en materia de ciberseguridad para evitar futuros incidentes, debido a todas las amenazas a las que están expuestos. Hay que tener en cuenta que el riesgo aumenta porque gran cantidad de personas que trabajan en remoto están conectadas fuera de la red corporativa y, en muchos casos, utilizan conexiones domésticas con menores medidas de protección o utilizando sus propios dispositivos personales con los riesgos que esto conlleva. Por tanto, es fundamental que la empresa tenga en cuenta este hecho y ponga todas las medidas de seguridad y preventivas posibles para evitar los riesgos que puedan surgir y forme adecuadamente a sus empleados.
En esa misma línea, son relevantes los últimos acontecimientos sobre ataques a grandes entidades que ponen de manifiesto la necesidad de invertir en ciberseguridad, a fin de evitar la culminación de amenazas por parte de los ciberdelincuentes. Una tendencia que ha aumentado durante este 2020 son las campañas de ransomware que solicitan un rescate de la información y amenazan con la publicación de la información confidencial si la empresa afectada no paga el ingreso solicitado. La filtración de información afecta directamente a la confidencialidad y conlleva pérdidas económicas, pérdida de credibilidad, afecta negativamente a la imagen de la entidad afectada y trae repercusiones legales.
Lo concreto es que los cibercriminales están aprovechando la situación actual de contingencia para llevar a cabo sus actividades delictivas y no se debe pasar por alto que cualquier entidad puede ser objetivo. Los cibercriminales no van a parar en su empeño de vulnerar distintas entidades y esto es algo que las empresas tienen que tener en cuenta. El desafío, por ende, está en que las empresas terminen de adaptarse al contexto actual en el cual el teletrabajo será fundamental para la continuidad de la actividad. Empresa y empleados debemos adecuarnos a este nuevo escenario que nos ha dejado 2020 y que, por ahora, no está cercano a finalizar.
* Especialista en ciberseguridad de ITQ Latam.