
El laboratorio forense nacional de la Gendarmería Argentina, una de las fuerzas de seguridad del país con cerca de 70.000 integrantes, se encuentra en la capital de Buenos Aires. Sus oficiales se encuentran diseminados en cinco sedes regionales ubicadas en Campo de Mayo, Córdoba, Rosario, San Miguel de Tucumán y Bahía Blanca, las que entregan un flujo constante de dispositivos digitales al laboratorio -hasta 2.000- para el desbloqueo, la extracción y el análisis de datos, con el fin de ayudar en las investigaciones de evidencia digital relacionadas con la seguridad fronteriza, el tráfico de drogas y el contrabando, entre otras cuestiones.
Pero debido a que las sedes regionales están a cientos (y en algunos casos, miles) de kilómetros de Buenos Aires, las barreras del tiempo y la distancia frenan el camino hacia la justicia. Por eso se está construyendo una red de laboratorios forenses digitales, a lo largo de Argentina, para obtener respuestas más rápidamente.
El principal laboratorio de Gendarmería de Buenos Aires se encarga actualmente de las extracciones de dispositivos para todo el país. Los planes futuros prevén que se ubiquen varios laboratorios en todo el país para que los investigadores puedan obtener más rápidamente valiosas evidencias digitales.
“Es un país con un gran territorio y es difícil de cubrirlo con un solo laboratorio”, dice Antonio Maza, experto en análisis forense digital. “El número de dispositivos siempre está aumentando debido a la disrupción digital, y no podemos mantener el ritmo de la demanda”. Maza, un veterano con 20 años de experiencia e instructor de análisis forense en la Universidad Católica de Salta, él tiene un plan para aplastar las barreras de tiempo y distancia que afectan a las investigaciones – y para asegurar que la inteligencia digital sea el centro de las investigaciones forenses ahora y en el futuro. Por tal motivo, encabezó la creación de la nueva red de laboratorios, que responderá a las necesidades de las autoridades judiciales locales, estudiando los dispositivos electrónicos conectados a posibles actividades criminales. Maza, que es un apasionado del valor de los datos digitales, considera que la cadena de laboratorios, equipados con soluciones de inteligencia digital, es crucial para las futuras generaciones de investigadores.
“Quiero que esto sea mi legado, que todas las capacidades se concentren y permitir a todos los investigarores trabajar en equipo. Espero además que la gente piense fuera de la caja, tomando diferentes enfoques”.