
Ciberdelincuentes chinos irrumpieron en las redes de múltiples grandes proveedores de servicios de tecnología en todo el mundo, y robaron secretos comerciales como parte de una campaña global de hacking apodada Cloud Hopper, según un informe exclusivo de Reuters.
El ataque, que “explotó las debilidades de esas empresas, sus clientes y el sistema occidental de defensa tecnológica”, según Reuters, ha sido atribuido a China por Estados Unidos y sus aliados.
Entre los que supuestamente se vieron afectados por el ataque a gran escala, se encontraban Ericsson, Hewlett Packard Enterprise e IBM.
También comprometido por Cloud Hopper, Reuters reveló que se encuentran: Fujitsu, Tata Consultancy Services, NTT Data, Dimension Data, Computer Sciences Corporation y DXC Technology. HPE se separó de su rama de servicios en una fusión con Computer Sciences Corporation en 2017 para crear DXC.
Como resultado, más organizaciones que forman parte de las cadenas de suministro o clientes de estos proveedores de servicios también se vieron afectadas, incluyendo Sabre, un sistema líder de reservaciones de viajes que gestiona las reservas de aviones en los Estados Unidos. Huntington Ingalls Industries también fue una víctima. La compañía es, según se informa, el mayor constructor naval de la Armada de los Estados Unidos.
“Este fue el robo de secretos industriales o comerciales con el propósito de promover una economía”, dijo a Reuters el ex asesor nacional de ciberseguridad de Australia, Alastair MacGibbon. “La sangre vital de una compañía”.
China no está haciendo esfuerzos para ocultar su estrategia de dominación de la información, dijo Tom Kellermann, director de ciberseguridad de Carbon Black. “Esta estrategia se desarrolló durante la primera Guerra del Golfo y una de sus piedras angulares es llevar a cabo el salto a la isla desde [los proveedores de servicios gestionados] y las empresas de telecomunicaciones a sus redes de clientes corporativos. La investigación sobre el negro de humo muestra que el lúpulo en las islas está explotando y se produce el 50% del tiempo, ya que las marcas corporativas se utilizan para dirigirse a sus clientes.
“El robo sistémico de la propiedad intelectual se combina con la colonización de redes corporativas sensibles, lo que permite que los chinos se vuelvan telepáticos. La ironía es que la piratería informática china ha aumentado drásticamente como reacción a la guerra comercial. La colonización abierta continúa”, añadió Kellermann.
Con información de: Hipertextual.