La senadora de Massachusetts, Elizabeth Warren, dio a conocer un agresivo plan para atacar el poder de Silicon Valley mediante la disolución de algunas de las compañías tecnológicas más grandes de Estados Unidos.
Pero, mientras la iniciativa de la candidata presidencial demócrata, seguramente excitará a los críticos de la tecnología y a los activistas progresistas, los expertos en antimonopolio advierten que las leyes y precedentes existentes en el país, harían que Warren se enfrente un difícil camino por delante.
El ambicioso plan incluye dos partes principales. En la primera, Warren aprobaría una legislación que prohíbe a las empresas ofrecer un mercado y también participar en él, obligando a gigantes como Amazon y Google a segregar gran parte de sus negocios. En segundo lugar, Warren dice que nombraría a reguladores que desarticularían “fusiones ilegales y anticompetitivas de tecnología”, refiriéndose de nuevo a compañías de alto perfil como Facebook e Instagram.
“Las grandes empresas tecnológicas de hoy en día tienen demasiado poder, demasiado poder sobre nuestra economía, nuestra sociedad y nuestra democracia. Han demolido la competencia, han utilizado nuestra información privada para obtener ganancias y han inclinado el campo de juego en contra de todos los demás. Y en el proceso, han perjudicado a las pequeñas empresas y sofocado la innovación”, expresó Warren, en un post de Medium, anunciando su plan.
Warren se ha presentado como una candidata presidencial que atraerá a los votantes con propuestas políticas detalladas sobre grandes temas y un tono populista ardiente. Esta propuesta continúa esa tendencia y establece una barrera que puede desafiar a otros demócratas, especialmente en un campo ya dividido entre los que, como Warren, han criticado a la Gran Tecnología y otros que han tomado dinero de la industria.
“Creo que tiene algunas buenas ideas. Pero es un poco agresiva”, dijo Eleanor Fox, profesora de regulación comercial de la Facultad de derecho de la Universidad de Nueva York.
Uno de los principales inconvenientes radica en que algunas de las preocupaciones que Warren trata de abordar, en particular en relación con el uso de datos y las violaciones de la privacidad, no entran en el ámbito de la ley antimonopolio tradicional, según los analistas.
Con información de: RT en Español.