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El gran hackeo: cómo China usó un pequeño chip para infiltrarse en las empresas de EE.UU.

El ataque de los espías chinos llegó a casi 30 empresas estadounidenses, entre ellas Amazon y Apple, al comprometer la cadena de suministro de tecnología de Estados Unidos, mediante la introducción de un chip en el hardware de las compañías, y también, de organismos oficiales.

En 2015, Amazon.com Inc. comenzó a evaluar silenciosamente una nueva empresa llamada Elemental Technologies, una posible adquisición para ayudar con una importante expansión de su servicio de streaming de vídeo, conocido hoy como Amazon Prime Video. Con sede en Portland, Oregon, Elemental hizo software para comprimir archivos de video masivos y formatearlos para diferentes dispositivos.

Amazon Web Services (AWS) contrató a una empresa externa para examinar la seguridad de Elemental. El primer paso reveló problemas preocupantes, lo que llevó a AWS a examinar más de cerca el producto principal de Elemental: los costosos servidores que los clientes instalaron en sus redes para manejar la compresión de vídeo.

Los probadores encontraron un pequeño microchip, no mucho más grande que un grano de arroz, que no formaba parte del diseño original de las placas. Amazon reportó el descubrimiento a las autoridades estadounidenses, enviando un escalofrío a través de la comunidad de inteligencia. Los servidores de Elemental podían encontrarse en los centros de datos del Departamento de Defensa, en las operaciones con aviones teledirigidos de la CIA y en las redes a bordo de los buques de guerra de la Armada. Y Elemental era sólo uno de los cientos de clientes de Supermicro.

Durante la subsiguiente investigación de alto secreto, los expertos determinaron que los chips permitían a los atacantes crear una puerta de acceso invisible a cualquier red que incluyera las máquinas alteradas. Múltiples personas familiarizadas con el asunto, dijeron que los investigadores descubrieron que los chips habían sido insertados en fábricas dirigidas por subcontratistas de manufactura en China.

Este ataque fue algo más grave que los incidentes basados en software que el mundo se ha acostumbrado a ver. Los hacks de hardware son más difíciles de realizar y potencialmente más devastadores, prometiendo el tipo de acceso furtivo a largo plazo. Y las agencias de espionaje están dispuestas a invertir millones de dólares y muchos años para conseguirlo.

Con información de: Computer Hoy.