El escándalo de filtración de datos de 50 millones de usuarios de Facebook, que fueron usufructuados por Cambridge Analytica para interferir en la última elección presidencial de Estados Unidos, generó un revuelo mundial. Y en la empresa estadounidense sigue habiendo encontronazos entre sus integrantes.
En esta ocasión, quien apuntó contra Mark Zuckerberg fue Scott Stringer, uno de los más importantes accionistas de Facebook. Stringer pidió, directamente, la renuncia de Zuckerberg. Y consideró que el nuevo presidente debe ser ajeno a la empresa, y que, además, tres directores con experiencia en información personal y ética tienen que ayudar a controlar los esfuerzos de Facebook para resolver el problema.
Stringer, al mando del fondo de pensiones de New York, que cuenta con una participación valuada en 1000 millones de dólares en acciones de Facebook, anunció que, por ahora, no venderá su parte correspondiente, pero sí va a investigar, porque se siente con derecho a hacerlo.
En tanto, Zuckerberg pudo comprobar que pese a mostrarse consternado y reconocer responsabilidades, la reputación de su empresa quedó dañada. El CEO admitió, en declaraciones al sitio de noticias Vox, que “solucionar los problemas de seguridad de Facebook, llevará varios años, aunque a fines de 2018, empezarán a resolverse varios de los inconvenientes que hoy tenemos”.
Con información de: Infobae y Trome (Perú)
Spanish
English
Portuguese
Chinese (Simplified)
Russian
French
German
Dutch
Italian